(CNN) — Los viajeros a Filipinas ya pueden reservar una habitación en el edificio más grande del mundo con forma de gallo, situado en las remotas tierras altas del país.
No, no se trata de acostarse sobre un montón de paja en un gallinero.
El imponente edificio de seis plantas mide casi 35 metros de altura y tiene 15 habitaciones, todas equipadas con aire acondicionado. Las habitaciones no tienen ventanas, porque estropearían el efecto de las plumas de los gallos.
Situado en lo alto de las colinas de Campuestohan Highland Resort, en la isla de Negros Occidental, el nuevo monumento recibió oficialmente el 8 de septiembre el título de récord Guinness por ser el edificio más grande en forma de gallo.
El creador del edificio, Ricardo Cano Gwapo Tan, declaró a CNN que siempre quiso dejar un «gran legado en este mundo mortal».
El expolítico local, de 70 años, dijo que sigue siendo un «niño grande de corazón», y que el complejo siempre ha sido su patio de recreo para crear algo con un «factor sorpresa».
Tan dijo que dedicó el edificio a la industria de gallos de peleas, que da empleo a decenas de miles de personas en Filipinas, y se empeñó en crear la estructura en forma de gallo para honrar la importancia del ave para el pueblo de Negros.
Las peleas de gallos, conocidas localmente como «sabong», son un pasatiempo tradicional que data de antes de la dominación colonial española en Filipinas. La práctica también sigue siendo popular en zonas rurales de Tailandia e Indonesia, aunque está prohibida en la India.
«La industria del gallo de pelea es un imperio de miles de millones de pesos en nuestra provincia», afirma Tan. «Filipinas tiene ahora un edificio emblemático que es fuente de legado, orgullo y honor».
Hay más de 2.000 granjas de cría de gallos de pelea en todo Negros Occidental y se ha convertido en una de las principales industrias locales de la provincia, junto con la producción de azúcar y la cría de cerdos.
En Filipinas se ganan millones de pesos en las peleas de gallos, donde los ruidosos espectadores animan a los combativos gallos a batirse en duelo hasta que uno muere, a pesar de las protestas de los grupos defensores de los animales.
Además de feroces luchadores, Tan dice que los gallos pueden ser «criaturas tranquilas, pero dominantes».
Cuando era niño, el cacareo en Navidad también era un recordatorio para que las familias asistieran a la Misa de Gallo, una novena de misas al amanecer durante los nueve días previos a la Navidad, explicó Tan.
Y justo antes de las fiestas, el complejo y su hotel con forma de gallo están completamente reservados, con decenas de familias alojadas hasta finales de enero de 2025, según Tan.
Una habitación para cuatro personas en el hotel con forma de gallo cuesta menos de US$ 80 y para grupos más grandes de hasta siete personas couesta alrededor de US$ 120, de acuerdo con los precios en su página de Facebook.
El terreno era una tranquila cima de montaña cuando Anita, la mujer de Tan, lo compró hace décadas. Sin embargo, desde que se urbanizó el terreno de cinco hectáreas en 2010, el complejo cuenta ahora con dos enormes piscinas de olas, un restaurante, una cafetería y cientos de dinosaurios y estatuas de dibujos animados para entretener a los huéspedes.
Llegar hasta el gallo gigante es todo un viaje. Los viajeros pueden iniciar su viaje tomando un vuelo nacional desde Manila o Cebú hasta el Aeropuerto Internacional de Bacolod-Silay, en Negros Occidental, una de las más de 7.000 islas del país archipelágico. Desde el aeropuerto, hay un trayecto de unos 27 kilómetros por tierras de labranza y una subida cuesta arriba.
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